El estrés ... y la reflexología

Vivimos en una época donde nuestro día a día es alocado, acelerado, donde estamos continuamente volcados a lo que el mundo externo nos presenta. Son tantas las vallas, la publicidad, las distracciones, los ruidos, los accesorios y los colores, que nos olvidamos de nosotros mismos.
Toda nuestra atención y energía gira alrededor del mundo exterior: el trabajo, el colegio, las obligaciones, los amigos, la comida, el coche, la familia, la casa,… olvidando que dentro de nosotros existe otro universo tan amplio como importante, olvidando que ese mundo interno también forma parte de nosotros y necesita su cuidado.
Cuando dejamos que ese mundo exterior marque nuestras pautas diarias, dejamos también que él tome las riendas de nuestras vidas y sin darnos cuenta, mantenemos un ritmo al que nuestro organismo no está habituado. Le pedimos que acelere y vaya por encima de su capacidad. Nuestros nervios y atención permanecen constantemente en su máximo nivel. Es como si a nuestro coche de 4 cilindros le pedimos que vaya como uno de 6!! Esto lo puede hacer en determinados momentos, pero si hacemos oídos sordos y conservamos el pie en el acelerador exigiéndole un esfuerzo arduo y continuo, al cual no está preparado, se recalentará y empezará a fallar.
Lo mismo ocurre con nuestro organismo. Estamos dotados de un sistema nervioso muy sofisticado que tiene la capacidad nata de auto regularse (gracias a los sistemas simpático -acelera y parasimpático - ralentiza). Sin embargo nosotros lo ignoramos, excitando incesablemente (con café, coca cola, red bull,… y con la voluntad de seguir ese ritmo…) nuestro sistema nervioso simpático, pidiéndole que se mantenga a toda costa en estado de alerta. No le damos pausas para que recobre el "aliento".
Es cuando nuestro cuerpo que no ha sido escuchado aclama mediante el dolor, un poco de atención y comienza a quejarse. Es cuando aparecen los primeros lumbagos, las ciáticas, la acidez estomacal o el insomnio. Pero en vez de oír y tomar en cuenta lo que tiene que decir, nos tomamos un analgésico, un relajante muscular, un antiácido o un somnífero, para callarlo. Al tiempo la lumbalgia se convierte en hernia, la acidez  en úlcera y el insomnio en depresión,…  el dolor y el malestar se vuelven tan intensos que nos vemos obligados a tomar un descanso y al fin, parar la máquina.
Cuando llegamos a ese punto, después de un infarto o una crisis de ansiedad, es que nos detenemos a reflexionar sobre la vida que llevamos…
El estrés, puede originarse de diferentes maneras: en el seno de una vida  muy agitada como lo que he comentado, pero también en las circunstancias emocionales que nos rodean, en las tensiones  que padecemos cuando preparamos un importante examen o cuando convivimos con personas con las que no congeniamos…. Sean cuales sean las razones, debemos aprender a tomar el tiempo de escucharnos, ya que en ese mundo interior están las respuestas y solo nosotros tenemos acceso a él.
La reflexoterapia juega un gran papel importante en la gestión del estrés. A través de ciertas técnicas logramos disipar los excesos impuestos a nuestros sistema nervioso simpático  e incentivamos la autorregulación del cuerpo. Solicitamos a través la activación de ciertos puntos, la recuperación y puesta en marcha del sistema nervioso parasimpático. Buscamos los mecanismos para eliminar las sustancias tóxicas comunes en nuestra alimentación o producidas por la tensión constante de nuestros músculos y nervios, estimulando los sistemas de evacuación. Aportamos energía a las glándulas, generalmente perturbadas por el estrés, lo que conlleva a una mejoría de nuestro estado de ánimo. Al relajar de una manera refleja todos nuestros órganos y nuestro sistema nervioso, conseguimos un mejor funcionamiento general y un mejor descanso.
Muchos reflexoterapeutas  combinamos técnicas reflexológicas con técnicas orales. Pues en algunos casos ayudamos a las personas a comprender  cuales son los posibles detonantes de este estado de estrés y cómo canalizarlas. Ayudamos a las personas a escucharse a sí mismas, través de la relajación. Es  mediante un estado de “vacío mental”, cuando apartamos de nuestra mente los pensamientos, cuando surgen las respuestas y recobramos el contacto con nosotros mismos….
…  haz una pausa en tu vida, percibe el silencio… escúchate, tienes mucho que decirte…
                                                                                                             Caroline Benko

Reflexología Podal Pamplona


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